miércoles, 15 de diciembre de 2010

Extrañas sensaciones

Lleno de extrañas sensaciones, encontradas, raras, oscilantes; que no logra entender, comprender o descifrar, entonces no las puede gritar, reír ni llorar, tampoco transformar en sonidos o volcarlas en palabras o dibujos. Pero retumban fuertemente en el centro de su ser como un golpe de timbal, estruendo de su enigma que muy de a poco hace bramar y espesar la sangre de sus venas, inmovilizándolo hasta congelar sus pupilas que miran seco y fijo a un rumbo incierto.
Todo es tan emocionante que lo estremece, le perturba y lo enloquece; resignado entonces, sin saber qué hacer con su ira, su energía si diluye como chispas de fogón en la noche, y cuando  sus manos casi tiesas al costado de sus piernas, y su vista casi apagada, un niño le toma el pulgar y  señala hacia el horizonte. Un sol anaranjado e inmenso asoma entre las insignificantes torres de hormigón, llenándolo de luz, sus manos se entibiecen, sus ojos se humedecen, y ahora siente todo como es.
Juan Caín

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